martes, 3 de marzo de 2009

El Prado pone en marcha su otra ampliación: la reorganización de su colección.


La recuperación de veinticinco salas que suponen un veinticinco por ciento más de espacio en el edificio de Villanueva, en el que se exhibirán quinientas obras más de la colección del Prado, y en las condiciones más idóneas, son algunos de los datos de la reordenación museográfica puesta en marcha en el museo.

Velázquez, que estará presente también en la Galería Central, seguirá siendo el corazón del edificio, y las emblemáticas pinturas de "El 2 de mayo de 1808 en Madrid; la lucha contra los mamelucos" y "El 3 de mayo en Madrid; los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío" de Goya bajarán a la planta baja, en la que se mostrará la colección de pintura española del XIX.

La reordenación se realizará en fases y hasta dentro de cuatro años el visitante no podrá contemplar finalizado el proyecto diseñado por los responsables del Prado con el objetivo de llevar a cabo un despliegue amplio y cronológicamente completo de la colección.

Gabriele Finaldi, director adjunto del museo, explicó los puntos más importantes de esta "otra ampliación del Prado" que permitirá "un recorrido más lógico, agrupando a las diferentes escuelas", aunque una buena parte de la colección permanecerá donde se encuentra actualmente.

El nuevo recorrido se plantea en forma de bucle y da sentido a la secuencia de las distintas colecciones, según Finaldi, quien destacó la importancia de recuperar salas para presentar más y mejor las obras, como ocurre con la pintura española medieval "castigada los últimos años por los pocos espacios de que disponía".

La galería central del edificio de Villanueva es uno de los espacios más bellos del museo. Originariamente todo se exponía en esta galería en la que se mostraban 465 obras, mientras que en la actualidad se pueden contemplar 60 pinturas.

En este espacio se llevará a cabo "una de las novedades más atractivas" del proyecto, según Finaldi, destinándose sus paredes a obras de gran formato.

La primera parte mostrará obras de las colecciones venecianas, con grandes pinturas de Tiziano, Veronés y Tintoretto, y en relación con ellos, una de las salas que salen a la galería albergará obras del Greco.

Avanzando por la Galería se llega al espacio que da entrada a la Sala de las Meninas, que dejará de ser Sala 12 para convertirse en Sala 50. A este espacio de la Galería Central saldrán algunas obras de Velázquez todavía por determinar.

A continuación, en la segunda parte de la galería, se mostrarán grandes obras de Van Dyck y Rubens, maestro holandés que estará presente también en los espacios recuperados de la zona norte de la segunda planta, con pinturas de la Torre de la Parada.

La presencia de Goya en el Prado se ampliará a tres plantas, mostrándose en la segunda el Goya más joven, con la exhibición de sus cartones para tapices.

En la primera planta se producirá uno de los cambios más importantes de esta reordenación. Las emblemáticas obras sobre el 2 y el 3 de mayo abandonarán su sala, que será ocupada por retratos de los primeros borbones, para bajar a la planta baja e integrarse en los espacios destinados a obras de Goya del XIX, entre las que se encuentran las pinturas negras y El Coloso, que no cambiará de ubicación.

El recorrido por el que será el futuro museo del Prado finaliza en las salas destinadas a la colección española del XIX, en las que se mostrarán, a partir del próximo otoño, unas 120 pinturas y 20 esculturas. Una de estas salas, informó José Luis Díez, jefe de conservación de pintura del XIX, se destinará a exposiciones temporales de la propia colección.

Entre los espacios que se recuperan para exposición están las tres salas que albergaban anteriormente el gabinete de documentación técnica, así como las salas que estaban destinadas a restauración, en las que se mostrarán medio centenar de obras pertenecientes a la colección italiana de los siglos XV y XVI.

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