La Estación de Metro de Chamartín acogerá durante todo el mes de abril la exposición fotográfica 'Chagas, una tragedia silenciosa', organizada por Médicos Sin Fronteras, que quiere poner cara y dar voz a las víctimas de una enfermedad que sigue siendo desconocida, incluso en aquellos países de Latinoamérica donde es endémica.
El Chagas, ausente de las agendas políticas y de los programas de investigación y desarrollo, se cobra entre 20 y 40.000 vidas cada año. Se estima que unos 18 millones de personas lo padecen y que 100 millones más están en riesgo de contraerlo, un 25% de la población del subcontinente americano. Y sin embargo, el Chagas es una de las enfermedades más olvidadas del planeta.
En total, 30 fotografías en blanco y negro y testimonios de afectados y trabajadores humanitarios muestran el contexto en el que se desarrolla el Chagas y permiten asistir a las distintas etapas de la lucha contra la enfermedad: la prevención, a través de la fumigación de las casas y la sensibilización de la población ante la problemática; el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad; y las consecuencias para las personas que se ven afectadas.
El Chagas, o tripanosomiasis humana americana, se contagia a través de la picadura de la vinchuca o 'chinche picuda', que transmite el parásito 'tripanosoma cruzi'. Otras vías comunes de infección son el contagio de madre a hijo durante el embarazo o por transfusiones de sangre infectada. Durante las primeras semanas después del contagio se produce la fase aguda de la enfermedad, aunque los síntomas (fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o muscular, inapetencia) pueden confundirse con los de la gripe y a los pocos días desaparecen, lo que impide la posibilidad de una detección temprana y de un tratamiento eficaz.
Es entonces cuando comienza la fase crónica, y los afectados pueden ser portadores durante años, a veces sin saberlo. Al cabo de 10 o incluso 20 años, entre un 10 y un 40% de los infectados por el parásito sufrirán daños irreversibles en el corazón, el esófago y el colon, siendo el paro cardíaco la causa de muerte más frecuente. De hecho, por no poder acceder al diagnóstico, a menudo la muerte temprana es la que revela que el fallecido padecía el mal.
El Chagas es una enfermedad directamente ligada a la pobreza, lo que la excluye de las agendas de los sistemas públicos de salud, de la industria farmacéutica y de los medios de comunicación. Hasta el momento, no hay más que dos medicamentos disponibles contra esta enfermedad, Benznidazol (fabricado por la farmacéutica Roche) y Nifurtimox (Bayer), los mismos que se utilizan hace cuarenta años y procedentes de otras investigaciones.
Ambos son fármacos que presentan muchos problemas. No son eficaces para mujeres embarazadas, y en el caso de adultos no se ha utilizado ampliamente debido a la dificultad de confirmar la curación a corto plazo y a sus graves efectos secundarios. Sin embargo, en niños, su eficacia en la curación es evidente.
Por ello, MSF a través de la exposición fotográfica y del libro que la acompaña (editado con la colaboración de la Editorial Losada) "quiere llamar la atención de las organizaciones internacionales, los gobiernos de la región, los países donantes y de la industria farmacéutica para que se dé una respuesta al drama humano que esta enfermedad causa, dedicando mayores esfuerzos a la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos para mejorar la atención médica", afirma Elena Martínez, Delegada de MSF en Madrid.
EUROPA PRESS
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