miércoles, 10 de junio de 2009

Fotografías para romper estereotipos, en la Casa Árabe de Madrid.

La Casa Árabe de Madrid muestra la obra de cinco jóvenes creadores de origen árabe que reflexionan sobre sus inquietudes, sean religiosas, sociales o de identidad, exactamente igual que hacen los artistas en cualquier otra región.

Tanto las técnicas como las temáticas son múltiples, desde el carácter social de la serie fotográfica "Periferias" del argelino Mohamed Bourouissa o del "Proyecto del Estrecho" de la francesa de origen marroquí Yto Barrada al mundo onírico que muestra la libanesa Lara Baladi en su tapiz "La Madre del mundo".

Tejido en seda y lana, la monumental obra, de casi nueve metros de longitud y basada en un foto-collage que encargó a la autora la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo de París, representa el anuncio fantasmagórico del tercer día del Génesis, parodiando las representaciones orientalistas del desierto.

Para ello, puebla las dunas con figuras fantásticas, como sirenas y magos, junto a los símbolos que a uno le vienen a la cabeza cuando piensa en Egipto, como la esfinge de Gizeh.

Su mundo fantástico, colorido y onírico contrasta con las fotografías de Barrada, situadas frente al tapiz y que forman parte del "Proyecto del Estrecho", en el que la autora examina desde 1998 la esperanza de la migración y su influencia en el paisaje urbano de Tánger (Marruecos).
También de temática social es la serie "Periferias", que el argelino Mohamed Bourouissa emprendió tras los disturbios en los suburbios parisinos.

"No es fotografía documental", explicó la coordinadora de programación cultural de Casa Árabe, sino que el artista "recrea" de alguna forma las escenas, para mostrar "momentos de tensión" y "situaciones que necesitan explicación y que provocan ansiedad y desasosiego".
Un coche quemado, un complejo de viviendas sociales, un joven de espaldas al objetivo y frente a un gran número de televisiones: imágenes para mostrar los suburbios donde creció el propio artista.

De nuevo, su obra contrasta con la de la egipcia Nermine Hamman, que muestra en unas fotografías tratadas para parecer casi cuadros religiosos momentos en los que un sacerdote cristiano está exorcisando tanto a musulmanes como a cristiano.

O con la del marroquí Hicham Benohoud, unos autorretratos titulados irónicamente "Version soft", en los que el artista se enfrenta a la cámara con el torso desnudo, la cara recta y la mirada fija, y siempre con "una intrusión perturbadora": cuerdas, cintas o papeles que apresan su rostro.
Son en total 28 obras, 27 fotografías y un tapiz, las que conforman la exposición, que podrá visitarse hasta el 27 de septiembre próximo, aunque permanecerá cerrada entre el 1 y el 23 de agosto.

información de la Agencia EFE.

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