domingo, 20 de mayo de 2007

Miles de personas han disfrutado en la Noche de los Museos.

La cola que se ha formado para entrar al Prado empezaba en la Puerta alta de Goya, donde estaba situada la única entrada abierta, y finalizaba pasada la Puerta de Murillo, es decir, que ocupaba la longitud del museo. En la fila, la gente se mostraba dispuesta a esperar "lo que hiciera falta", aunque las salas se encontraban saturadas desde las nueve de la noche, según uno de los guardias de seguridad del edificio.

No muy lejos de allí, en el Museo Thyssen, una escena muy similar con dos largas filas -de casi dos horas-, una para visitar la Colección Permanente, de la Colección de Carmen Thyssen-Bornemisza, y la otra para la exposición temporal El espejo y la máscara. El retrato en el siglo de Picasso. Desde las 19.30, hora en la que ha abierto sus puertas, el flujo de gente ha sido incesante, así a las nueve y media de la noche 800 personas habían visitado ya la exposición temporal, según una de las vigilantes de la sala que hacía el recuento que ha matizado que cada 15 minutos, aproximadamente, pasaban cerca de 80 personas.

Ambiente inusual

La gente estaba especialmente interesada en acudir a esta exposición, en la que se podían ver desde el autorretrato de Vincent Van Gogh hasta el de Pablo Picasso con peluca, ya que finaliza este domingo. Debido a las largas colas, mucha gente ha optado por acudir a museos menos saturados como el Reina Sofía, en el que todas sus salas estaban abiertas al público, al igual que las del Museo Arqueológico. "Nos hemos venido al Reina porque en el Prado hay muchísima gente y probablemente no nos de tiempo ni a entrar aunque cierra a la una", se lamentaba una pareja.

En el Museo Arqueológico, el público visitante, entre el que se encontraban muchos niños, se ha recreado con una especie de Museo animado en el que hasta las 23.30, varios actores han interpretado diversos personajes de la literatura española en los diferentes espacios del edificio, en cuya entrada se encontraba un grupo de música que entonaba melodías de "los locos años 20". No sólo el horario de los museos ha sido inusual, también el ambiente que se respiraba en cada una de las salas, ya que el tono de voz de los visitantes distaba mucho del habitual silencio que reina en ellas.

"Es como si vinieran contentos porque hablan y se ríen muy alto", ha comentado una de las vigilantes del Thyssen, mientras que otra, en este caso del Arqueológico, ha asegurado que esta noche había habido más gente que ayer, Día Internacional de los Museos. En esta noche, el Museo de Altamira ha programado una visita guiada a la Neocueva iluminada con lámparas de tuétano, mientras que el Museo del Greco de Toledo ha propuesto el espectáculo Coplas a la luna en los museos de la judería y el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida ha ofrecido Teatro en movimiento.

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